Un evangelizador moravo se vendió a la esclavitud para ganarse el simpatía y la confianza de los esclavos. Podrían despreciar las apelaciones de otros, pero sus corazones se abrieron al hombre que había demostrado ser su amigo.El detener el tumulto es un verdadero acto de bondad. Lo mismo que un alborotador valiente con su aguijada detiene a un